Hoy quiero admitir que tengo alma de vieja, jajajaja, pensé esto mientras escuchaba merengues que el viento se llevo (:P) admito que me encantan. Es decir no sigo ninguna tendencia o moda, si me gusta lo compro sin importar si era moda del año pasado o de este. Me encantan los merengues viejos, escucharlos, bailarlos no importa, me emocionan.
Es algo que hace mi vida más emocionante, no es que no quiera salir o compartir con mis amigos, pero disfruto mucho la compañía de las personas de décadas pasadas, que tienen algunas hebras blancas. Personas que tienen arrugas que delatan la experiencia acumulada. El problema es cuando esos años agarran su cabeza, ya las cosas no son tan lindas, la alegría que los caracterizaba, la energía, sabiduría y la fuerza, van bajando y llegan las nubes, la forma empañada de ver las cosas. Llorar sin sentido, pelear siempre, noches sin dormir, en esto se convierte aquel que algún día fue la roca de la familia.
Un momento de lucidez y otro de tinieblas, es muy difícil, pero debemos de recordar estos momentos del ayer donde reía con nosotros, nos contaba cuentos, experiencias vividas, y aquellos días en que el nos ayudaba, nos animaba y nos enseñaba.
Ama a tus abuelitos, son un tesoro!
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